¿Viviendas modulares para ciudades inteligentes?
La concentración de la población en ciudades es una
tendencia mundial -se calcula que para 2050 el 85% de los habitantes del globo
vivirá en uno de estos conglomerados- que se manifiesta también con claridad en
España. A partir de 2020 el crecimiento vegetativo negativo y el envejecimiento
favorecerán en nuestro país la concentración en núcleos urbanos, según destaca
el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE) en su documento Ciudades Inteligentes – Hoja de Ruta del Obten (Observatorio Tecnológico de la
Energía). Tenemos, por tanto, el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo
de las smart cities, donde los edificios
inteligentes, y por tanto la construcción
industrializada, tendrán mucho que decir.
¿Qué es una ciudad inteligente?
Las smart cities
se definen, de acuerdo con el IDAE, como ciudades
que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos, desarrollando la economía
local y minimizando tanto el gasto energético individual y colectivo como el
volumen de emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Para ello, los
proyectos de avance hacia una estructura de ciudad inteligente se centran en
áreas de actuación como los edificios, el transporte, los servicios públicos,
la administración, la energía y el medio ambiente, entre otros.
Numerosas ciudades españolas se han embarcado ya en el
camino para convertirse en smart cities.
Dos de las más adelantadas son Málaga y Barcelona, con iniciativas centradas en las energías renovables y en las
TIC, respectivamente. A nivel mundial, destacan propuestas como las de Amsterdam o Memphis. En Europa, la UE ve con buenos ojos la implantación de estas
propuestas dentro de los estados miembros y ha reservado fondos para contribuir a su desarrollo.
La vivienda en las ‘smart cities’
Intervenir en el consumo energético dentro de los hogares es
una de las puntas de lanza de las smart
cities, apunta el IDAE. En 2008 las familias españolas gastaban una media
de 800 euros al año en la factura energética de su vivienda. Un 46% de esta
suma se la llevaba la generación de ACS (agua caliente sanitaria), mientras que
a la calefacción se destinaba el 21%.
Para recortar esta partida es necesario invertir en mejorar
el parque de viviendas, ya que “la
eficiencia energética y la edificación inteligente están íntimamente
relacionadas” en la búsqueda de la sostenibilidad y el ahorro, destaca el IDAE.
¿Cómo medir la eficiencia energética de la vivienda dentro
de las ciudades? Entre otros métodos, el IDAE propone indicadores como el
porcentaje de casas con calificación energética A sobre el total; o la
facilidad de acceso a la información para la mejora de la eficiencia energética
del hogar que tienen los propietarios.
Qué aportan las viviendas modulares en las ciudades inteligentes
Las viviendas modulares son inmuebles que incorporan
prestaciones avanzadas y se presentan como edificios
ideales para favorecer el desarrollo de las smart
cities. ¿Por qué?
-Por su elevado grado
de eficiencia energética. Por ejemplo, las casas de Resan ostentan la calificación energética A, lo que permite
ahorrar hasta un 74% al año en las facturas.
-Por su sostenibilidad,
garantizada por la industrialización en el proceso de fabricación de las
piezas, la reducción de las labores de construcción sobre el terreno y la
posibilidad de reciclar parte de los materiales en futuras intervenciones.
-Por su adaptación al
entorno con el fin de aprovechar, ya desde la fase de diseño, la iluminación
natural, el relieve del terreno y la distribución de las estancias para
asegurar el máximo confort a sus habitantes.
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