Suelo laminado: lo mejor para tu módulo de jardín
El compromiso de Resan con la calidad se extiende no solo a
nuestras viviendas modulares, sino también a nuestros módulos de jardín. Y es que concebimos a estos últimos como construcciones hechas
para durar, para convertirse en una prolongación del hogar y en un espacio muy
versátil, capaz de adaptarse a cada una de las etapas de la vida de una familia.
Por eso, elegimos el suelo
laminado como pavimento de preferencia en nuestros módulos para jardín
(salvo en el caso de baños y cocinas, donde optamos por la cerámica). En
concreto, nos decantamos por el de resistencia
AC4 tipo Disfloor Top. ¿Qué implica esto? Veámoslo a continuación.
¿Cómo es la estructura de un suelo laminado?
Los suelos laminados se configuran con una estructura en capas sintéticas, cuyas
partes fundamentales son las siguientes:
-Papel estabilizador.
-Soporte HDF con
tratamiento hidrófugo, diseñado para repeler la humedad y, por tanto,
evitar que esta genere dilataciones o deformaciones con el paso del tiempo.
-Papel decorativo
que imita, generalmente, acabados de madera para conseguir un efecto parqué;
aunque también se comercializan otros diseños.
-Overlay resistente ante la abrasión, normalmente conformado por
un compuesto de resinas de melamina prensadas.
¿Por qué elegir un suelo laminado AC4?
Los suelos laminados se clasifican en cinco calidades en función de su resistencia a la abrasión. Esta se
determina contabilizando el número de frotados (en vueltas) que necesita dar una
rueda de papel de lija hasta conseguir borrar el acabado decorativo del
pavimento:
-AC1 (más de 900 vueltas)
-AC2 (más de 1.800 vueltas)
-AC3 (más de 2.500 vueltas)
-AC4 (más de 4.000 vueltas)
-AC5 (más de 6.500 vueltas)
Para nuestros módulos de jardín, en Resan apostamos por los suelos AC4, que en los de tipo Disfloor
Top se asimila a un pavimento de clase
32, es decir, idóneo para uso doméstico intensivo o comercial normal.
Ventajas del suelo laminado tipo Disfloor Top
El suelo laminado AC4
tipo Disfloor Top ofrece numerosas ventajas que facilitan el día a día de
sus usuarios, tanto en ámbitos domésticos como en oficinas y locales
comerciales:
-Está disponible en innumerables acabados decorativos (como decíamos, no solo en los asimilables a
la madera), por lo que su potencial estético es altísimo.
-Presenta un excelente
comportamiento ante la humedad gracias al tratamiento hidrófugo de su capa
de soporte.
-Es sencillo de
limpiar y de conservar en buenas condiciones, aunque debemos tener presente
que no se debe acuchillar, lijar ni barnizar. Lo ideal es barrerlo o retirar el
polvo con un cepillo, una mopa o una aspiradora; y fregarlo de vez en cuando
con una fregona muy escurrida.
-Al tratarse de un tipo de suelo flotante, se puede montar (y desmontar) con gran rapidez y
sin complicaciones.
Y, además de todo esto, tiene una buenísima relación calidad-precio, por lo que, usando suelo
laminado, también estaremos cuidando nuestro bolsillo.
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